lunes, 23 de noviembre de 2015

Por Nancy Garín Guzmán[*]

 mismafoto

“El recuerdo real debe suministrar al mismo tiempo una imagen de ese que recuerda, como un buen informe arqueológico, no indica tan sólo aquellas capas de las que proceden los objetos hallados, sino, sobre todo, aquellas capas que antes fue preciso atravesar”.[1]

Con esta frase recogida de uno de mis autores europeos favoritos, Walter Benjamin; quise detenerme un poco en esta imagen. Porque lo que esta imagen gatilló fue una serie de otras imágenes, que se convirtieron en un recuerdo, en memoria activada.
Benjamin habla de la memoria, así como de la escritura como estructuras basadas en capas y no necesariamente lineales. De imágenes, unas sucesivas, otras agolpadas. Unas propias, otras tomadas de distintos episodios que no necesariamente son vivencias propias.
Tomo esta frase prestada porque cuando esta imagen me llegó, al solo abrirla, pensé claramente que ya la había visto o que algo en mi memoria la hacía familiar. Que removía en mi cerebro una acumulación de relaciones cognitivas. Una a una se iban superponiendo desordenadamente y me remitían algún recuerdo alojado entre mi retina y mi cerebro.
1968…Rosario, Argentina…Las Sillas, Norberto Puzzolo, Ciclo de Arte Experimental.
Claro que era un recuerdo, pero no desde mi experiencia vital directa, sino mediado desde múltiples campos. Una imagen que me dirigía finalmente a algo relacionado con mi campo profesional, pero que no se quedaba en la simple enunciación de ella. Quizás porque esta imagen, sumada a otra serie de imágenes, creaban un marco general de lo que ha sido mi camino unido al camino de muchos otros, una historia colectiva, de luchas colectivas, de distintos espacios de lucha.
Ciclo de Arte Experimental, la previa de Tucumán Arde. Un capitulo vital para el arte y la vinculación con la lucha política en Argentina y el Cono Sur; y por ello mismo para mi propio devenir vinculado al camino de construcción política desde el arte, desde lo simbólico, desde las imágenes. Un camino en continuo hacer, pensando, imaginando; en un recorrido que viaja desde las lucha por los Derechos Humanos, el movimiento estudiantil noventero en Chile, la batalla en la calle desde lo simbólica junto a Etcétera y la Internacional Erroristas, hasta el espacio de la investigación y la imaginación desde el campo de las imágenes que hoy son mi trinchera.
Así, la imagen recorrió el espacio físico y mental desencadenando diferentes momentos, lecturas, reflexiones sobre la propia imagen y las imágenes que a su vez la conforman; sobre las capas de lecturas, de recuerdos, de conexiones afectivas, intelectuales, sensoriales para convertirse en una narración propia, que conforman la memoria. Una memoria individual, pero que no puede estar desconectada de una memoria colectiva.
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[*] (Chile, 1972). Investigadora independiente y miembro del Equipo Re. Licenciada en Periodismo y Comunicación Social y Estética e Historia del Arte, completó el Programa de Estudios Independientes del MACBA (PEI).
Anteriormente, miembro del colectivo artístico Etcétera y a la Internacional Errorista, junto a ellos ha participado en la Bienal de Estambul (2009); la Bienal de Taipei (2008), PUBLICTRANSITarPÚBLICos, EE.UU. / México (2007); ExArgentina (2006); Pasos de fugas Laborales de hacer, (2004); Kollektive Kreativität, Fridericianum Museo, Kassel (2005). Como periodista cultural, ha sido colaborador de La Nación de Chile, Pagina 12, Junge Welt, Hemisférica de la Performance, LatinArt y L’Internationale, entre otros.
Actualmente es parte de varias iniciativas de investigación independiente y la producción artística y cultural como el grupo de investigación Península. Procesos coloniales y Prácticas Artísticas y curatoriales, y Equipo Re.
Equipo Re es una plataforma de investigación y producción surgida en 2010. Hasta la fecha, ha realizado proyectos y presentaciones en, CCBA (Buenos Aires, 2012), MAC (Santiago de Chile, 2012), Universidad de Concepción (Chile, 2012), UNIA arteypensamiento (Sevilla), Arteleku (San Sebastián), Museo Reina Sofía (Madrid), Fundació Tàpies (Barcelona), MACBA (Barcelona), Loop (Barcelona), entre otros contextos.
Actualmente llevan adelante el proyecto de “Anarchivo sida”.
[1] Walter Benjamin. Imágenes que piensan. Obras, IV, I, p. 350.
http://rufianrevista.org/?portfolio=que-imagen

domingo, 17 de noviembre de 2013


Agenciamientos contra-neoliberales: coaliciones micro-políticas desde el sida


Dirigido por Equipo re, plataforma de investigación a la cual pertenesco, entre el 16 y el 18 de octubre de 2013 se celebró el seminario/encuentro Agenciamientos contra-neoliberales: coaliciones micro-políticas desde el sida. Su objetivo ha sido ofrecer una mirada conjunta desde la crítica y la práctica postcolonial y queer a las coaliciones activistas del sida, partiendo de la premisa de que éstas pueden verse como un ejemplo temprano de resistencia neo-liberal. El seminario, que ha contado con la participación de teóricos, artistas y activistas de contextos diversos, se ha centrado en dos de los principales objetos críticos de los activismos del sida: la información como objeto de lucha y la precariedad como constitución política. Os ofrecemos a continuación los audios de las conferencias y presentaciones que se llevaron a cabo en este seminario.
Acá podeís encontrar los audios de todas las jornadas y debates y más detalles de este seminario:
http://ayp.unia.es/index.php?option=com_content&task=view&id=843

 Presentación: 



Dentro de su línea de programa en torno a las teorías y prácticas feministas, queer y trans, y en continuidad a las actividades Movimiento en las bases  y Cuerpo Impropio, UNIA arteypensamiento acoge este seminario/encuentro que busca reconsiderar el legado de los activismos del sida como un recurso posible para la articulación hoy de un nuevo frente micro-político. Dirigido por Equipo re, y con la participación de teóricos, artistas y activistas de contextos diversos, el seminario propone una mirada conjunta desde la crítica y la práctica postcolonial y queer a las coaliciones activistas del sida como un ejemplo temprano de resistencia neoliberal, y se detiene en dos de sus principales objetos críticos que van a marcar los modos de hacer micropolíticos del siglo XXI: la información como objeto de lucha y la precariedad como constitución política.
Metidos ya de lleno en la cuarta década de la llamada crisis del sida, podemos afirmar que esta ha desempeñado y desempeña un papel crucial en la redefinición de nuestra geografía moral y sentido de bioseguridad, el surgimiento de nuevas formas de subjetividad y sociabilidad política, y la aparición de nuevas configuraciones de integración y exclusión (Comaroff, 2011). A la aportación que desde finales de los 80 y principios de los 90 han venido haciendo las políticas queer al establecimiento de una lucha política en torno a la pandemia, denunciando el silencio y la inacción de las autoridades públicas, e interviniendo en la dimensión simbólica y discursiva de la “enfermedad”, ahora se suman nuevas aportaciones desde la crítica postcolonial que evidencian que la gestión del sida por parte del norte global no puede ser vista fuera de las lógicas económicas y comerciales que engendra, desvelando cómo estas se constituyen en relación con el aparato de la hegemonía neoliberal (Sastry; Dutta, 2011).
La representación de un "otro" homogéneo es clave en la racionalidad neoliberal. En el específico contexto del sida, África, India y otros estados-nación agrupados bajo el paraguas del subdesarrollo, son reconfigurados en una nueva "homogénea postcolonial" (Sastry; Dutta, 2011). Es en este terreno indiferenciado del “Tercer Mundo” que el espacio discursivo de la modernidad neoliberal opera a través de la vigilancia, la intervención y la sanción. La lógica del colonialismo se reinventa de nuevo, aunque en un nuevo marco hecho coherente bajo la narrativa del desarrollo, la globalización y la modernización, haciendo explícita la lógica neoimperial del neoliberalismo (Sastry; Dutta, 2011). Pero el discurso neoliberal del VIH / sida ofrece también múltiples fallas para su deconstrucción crítica y la emergencia de proyectos subalternos de transformación social, como aquellos que reclaman el acceso universal a medicamentos que salvan vidas y los derechos de los migrantes VIH-positivos o que cuestionan la ética de la experimentación médica en el sur global y la situación jurídica y moral de la propiedad intelectual y las patentes.
Como ha sugerido la teórica postcolonial Jean Comaroff, en una época en que muchos intelectuales occidentales lamentan el "prolongado eclipse" (Agamben, 1998) de la política, el activismo del norte global se esfuerza por identificar y enfrentarse a un oponente –la condición neoliberal–, ahora desterritorializado y rápidamente mutable, las coaliciones activistas del sida del sur (Brasil, India, Sudáfrica...) han sabido elaborar repertorios innovadores de insurgencia micro-política, infundiendo las tácticas agit-prop con un nuevo entendimiento de los usos de la ley, los medios de comunicación y la experimentación médica. También en diversos contextos de América Latina, en especial Chile, el histórico espacio de implantación política y económica neoliberal, la transición de los regímenes dictatoriales al capitalismo tardío supuso el caldo de cultivo para la emergencia de un nuevo frente micro-político ante la expansión de la epidemia (de la mano de disidentes culturales como Las Yeguas del Apocalipsis o de alianzas entre los movimientos homosexual y de Derechos Humanos, como Vivo Positivo o MUMS). Como defiende la escritora y ensayista chilena Lina Meruane, es importante “subrayar la propuesta elaborada desde la disidencia latinoamericana, una que lejos de someterse a las interpretaciones dominantes dibujará su propio mapa de la infección usando el virus como arma metafórica de cuestionamiento del sistema capitalista implantado en el continente” (Viajes virales, 2013).
En el Estado español, la irrupción del sida a principios de la década de los 80, también vendría a plantear "cuestiones políticas inéditas”, como la irrupción de nuevas subjetividades críticas, “cuerpos alienados, cuerpos inmunodeprimidos, cuerpos enfermos" (Llamas y Vila, 1997). Mientras el movimiento gay va a “mirar al otro lado”, temiendo una nueva estigmatización social del colectivo, cuando llegan las primeras noticias de un "cáncer rosa", la lucha contra el sida se vertebrará al margen del movimiento. Nuevas coaliciones entre cuerpos precarios –alienados, inmunodeprimidos, enfermos– comenzarán a tomar forma: disidentes gays y lesbianas se unirán a diversos tipos de movimientos asociativos, como los grupos de asistencia a usuarios de drogas, integrándose en redes no-centralizadas de "Comités ciudadanos anti-sida" (con focos en Catalunya, Euskadi, Valencia, Madrid). Ya en los primeros 90, grupos como La Radical Gai y LSD tendrán un papel fundamental en reivindicar la dimensión política de la pandemia a través de acciones de producción visual y performativa. Mientras el orden neoliberal vino a trastocar la propia noción de ciudadanía (Comaroff, 2011) y esta se declinará cada vez con más fuerza por las lógicas de la mercancía y el consumo, las coaliciones entre estos nuevos sujetos de la transformación abrirán vías para una renovada participación político-social.
Así, todas estas experiencias se proponen aquí como una fuente sustancial de conocimiento; un recurso de pedagogía radical capaz de repotenciar el trabajo de los movimientos hoy y erradicar la parcelación identitaria de las luchas micro-políticas. No se trata de volver la mirada atrás como si de un ejercicio de historicismo se tratara, sino de ver qué saberes podemos extraer de las formas críticas de resistencia colectiva, modos de hacer solidario y estrategias de alianza entre subjetividades críticas que han venido caracterizando el trabajo activista en torno al sida, insuflando nueva fuerza a las luchas que hoy se enfrentan a las diversas formas de neoliberalización de la vida. Si como afirma Lina Meruane, siguiendo a Richard Sennett (2006), el sujeto preferente del capitalismo tardío o neoliberal es un sujeto flexible, adaptable, dispuesto a desprenderse del pasado, de la experiencia adquirida, este seminario/encuentro busca producir subjetividades colectivas dispuestas a reactivar la memoria micro-política de las luchas pasadas para hacer frente a las complejidades del presente.
 

viernes, 8 de febrero de 2013

Políticas del cuerpo*. Formas de resistencia



Lectura de Poesía/Museo de la Memoria

Prácticas Curatoriales
Políticas del cuerpo*. Formas de resistencia

POLITICAS DEL CUERPO*. Formas de resistencia “en y desde el cuerpo”

Para seguir leyendo http://www.latinart.com/


(*) discursos, historia, memoria, represión, autoridad, biopolítica, institución, archivo, procesos de legitimación, contra-historias, “cultura popular”, colectividad, asociacionismo, cuerpo social, cuerpos desautorizados, ritualidad, prácticas punk, activismo cultural, acción, performatividad, teatralidad, espacio público, condición neoliberal, necro-políticas del cuerpo, salud, propagación, afectividad, políticas y activismo del SIDA, feminismos del SIDA, políticas trans, auto-gestión (de los cuerpos), educación, conocimiento inter-generacional, cuerpos transversales.

Durante los días 19 y 20 de abril del 2012 se realizó en el Museo de Arte Contemporáneo de Santiago de Chile –MAC- el seminario “Políticas del Cuerpo*”, un proyecto del Equipo re(1) , plataforma de investigación nacida el 2010 en Barcelona que busca la articulación del espacio del arte con la acción crítica.

El programa completo de actividades en Chile constó, además del seminario de dos días en el Museo de Arte Contemporáneo, de un encuentro-taller en la sede del Movimiento por la Diversidad Sexual MUMS(2) , un encuentro de poesía en el Museo de la Memoria organizado por el escritor Camilo Brodsky y el encuentro “Diálogo y Performance” en la Universidad de Concepción, organizado colaborativamente por los artistas Guillermo Moscoso y Leslie Fernández, con apoyo de la institución universitaria. Posteriormente, se desarrolló una presentación del proyecto en el Centro Cultural de España CCEBA de Buenos Aires organizado por La CRIA(3) .

El Seminario en el MAC contó con la intervención de destacados académicos, artistas, activistas y miembros de diferentes movimientos asociativos, tanto históricos como activos actualmente, y se articuló en torno a las siguientes cuatro mesas de presentaciones y debate: “Cuerpo heredado: contexto y discursos”, “Cuerpo base: cultura popular y resistencia”, “Cuerpo invisible: políticas del VIH/Sida”, y “Cuerpos transversales: debate naturaleza-cultura”.

Entre quienes participaron del seminario y las actividades paralelas cabe destacar al filosofo Federico Galende, la socióloga María Emilia Tijoux, el antropólogo social Rodrigo Ruíz, los artistas Miguel Benlloch, Mauricio Bravo, Guillermo Moscoso, Gregory Cohen, Jordi Lloret, Raúl Zurita, Tomás Harris, José Miguel Cuevas, Elvira Hernández, Camilo Brodsky, los activistas sociales María Consuelo Infante y Gonzalo Cid, y agrupaciones como MUMS, Caja Negra, entre otros.

Para adentrarnos un poco más de la experiencia y los resultados de este proyecto, proponemos una entrevista cruzada con cuatro de sus protagonistas; Equipo re, la plataforma de investigación que elaboró el proyecto y que recientemente ha sido seleccionada dentro del programa de residencias de investigación del Museo Reina Sofía; Miguel Benlloch, artista, performancero, activista cultural andaluz, miembro de la productora BNV y quien participó como invitado internacional desde su trabajo por más de 30 años en las luchas contrabiopolíticas; Leslie Fernández, artista, académica e investigadora de la Universidad de Concepción, que coordinó las actividades en dicha ciudad; y Rodrigo Ruíz, sociólogo, investigador y activista chileno, quien participó con un interesante análisis en torno al eje memoria/cuerpo.

Nancy Garín: ¿Cómo nace el proyecto Políticas del Cuerpo*?

Equipo re: el proyecto es fruto de casi dos años de trabajos de investigación, materializados en la puesta en marcha de un seminario y otra serie de actividades paralelas en las que hemos pretendido explorar y reivindicar parcelas de la producción visual, performativa y de trabajo colectivo que supusieron formas de resistencia “en y desde el cuerpo” a las políticas de represión de la Dictadura en Chile y los primeros años de Transición Democrática, así como sus continuidades y reactivaciones en el presente. Partiendo de un acercamiento al contexto político, social y artístico en el que se inscriben, así como del “cuerpo heredado” de discursos que lo conforman, la investigación que comenzamos y todo el programa público relacionado que elaboramos, se aproxima a las diversas aportaciones que desde la cultura popular, las políticas del Sida o las actuales proclamas trans, estudiantiles, ecologistas y de los pueblos originarios, se vienen realizando a la lucha contrabiopolítica.

El proyecto parte de una investigación anterior sobre prácticas culturales disidentes en el contexto de la dictadura franquista en España desarrollado por un grupo más amplio de personas que trabajamos en el marco del Programa de Estudios Independientes del MACBA (2008-2010)(4). Desde esa experiencia y parte de los resultados de dicho trabajo, quienes decidimos conformar Equipo re, nos propusimos des-territorializarlo y ampliarlo con la voluntad de generar lecturas más desmarcadas, desbordadas, y cruzadas sobre esas “otras formas de lo político” surgidas en oposición a los regímenes de control biopolítico en diversos contextos de los últimos cincuenta años.

Que esta acción la desarrolláramos en el marco del Chile actual no es casual. Chile ha sido el principal laboratorio de puesta en marcha del sistema neo-liberal y de la misma forma, aquellas formas y estrategias de resistencia y acción crítica y de protesta que se desarrollaron bajo la dictadura y la llamada Transición Democrática, siguen siendo vigentes y referentes hoy en las luchas contra las expresiones neoliberales de regulación biopolítica.

Durante los años de la Dictadura militar, Chile fue una sociedad donde el cuerpo individual y el colectivo, el llamado cuerpo social, es fundamental, no solo para el aparato opresor del Estado, sino para los espacios de resistencia y oposición al régimen. Las políticas represivas de la dictadura se dirigen a un control biopolítico claro de cualquier forma posible de oposición. Represión directa a cualquier posibilidad de resistencia o críticas del/os cuerpo/os, con las políticas de detención masiva, desaparición forzosa, la tortura como práctica sistemática y permanente, el exilio, y la expulsión total de los cuerpos del espacio público, por ejemplo con el mantenimiento del “toque de queda” o el “estado de sitio” por más de 10 años. Una represión interiorizada, permanente a vastos sectores sociales pero que a la vez se transformó en potencia de resistencia, en motor, en herramienta de lucha, de visibilización de esa luchas. Diferentes ejemplos demuestran esto, en diversas formas de protesta y formas de producción estética que durante estos años usaran el “cuerpo” como esa herramienta de visibilidad y discurso. Producciones fuera de las formas clásicas de representación artística y también de los espacios de militancia habituales. Prácticas de producción visual cercanas y relacionadas con la cultura popular, los movimientos sociales antidictatoriales, de liberación sexual, etc; y que hoy los seguimos encontrando.

Nosotras nunca hemos entendido este proyecto como un simple ejercicio historiográfico. No nos limitamos, ni queremos limitarnos a simplemente identificar ciertas prácticas culturales y colectivas de protesta y producción estética excluidas de los relatos hegemónicos sobre la producción artística “experimental” desde el final de la Dictadura. Lo que intentamos es que esto tenga incidencia en nuestro presente, en el ahora. Intentando mostrar su total vigencia dentro de las luchas contrabiopolíticas. Luchas que podemos ver y así lo potenciamos en la experiencia del seminario Políticas del Cuerpo* dentro del movimiento estudiantil, los feminismos, el activismo ecologista-alimentario, las luchas por la diversidad sexual, la lucha Mapuche y la más transversal de estas, la lucha contra la precarización del cuerpo trabajador.

En cuanto a la relación con el propio MAC, inscribimos el proyecto dentro de un proyecto mayor; “Arte Experimental en Chile, patrimonio de las décadas de los 70 y 80 en la colección MAC”, dentro de los proyectos por el Bicentenario. Pero siempre buscando reivindicar justamente todas esas prácticas y estrategias experimentales pero entendidas como “experiencia”, y que no son codificadas como “arte”. Experiencias que han sido nutrientes de la producción estética y visual durante estos 20 años. De este punto decidimos desbordar la propuesta a espacios fuera del marco institucional y al espacio propio del arte. Cosa que no solo conseguimos, sino que se transformó en parte sustancial del propio seminario.

Nancy Garín: ¿Cuáles fueron a grandes rasgos las principales fortalezas y alcances que habéis recogido del proyecto, de los debates y actividades realizadas?

Equipo re: Más allá de los contenidos y de las ideas que se han podido ir generando en las diferentes actividades del programa, el logro que más valoramos desde Equipo re es la situación de diálogo e intercambio con los diferentes agentes con los que hemos trabajado que ha caracterizado todo el proceso. Ya en el germen mismo de la puesta en marcha de Equipo re había una preocupación por adoptar “modos de hacer” más participativos que subvirtieran las habituales formas de relación entre investigadores y 'casos de estudio', buscando transformar la habitual concepción de la práctica de la investigación como una actividad meramente interpretativa en una otra en la que el establecimiento de sinergias y alianzas político-afectivas fueran el centro.

Nosotras entendemos la investigación como un proceso de aprendizaje mutuo, no sólo entre nosotras sino ante todo en las relaciones vivenciales, afectivas, cómplices, que vamos estableciendo con los diversos interlocutores de cada proyecto. En el caso concreto del trabajo desplegado en Chile, este no hubiera sido posible sin la aportación e implicación de los diversos participantes y colaboradores locales.

Miguel Benlloch: Bueno, para mi habría varios planos de fortaleza. Por un lado la enunciación de un cuerpo sujeto en el que interfiere una multiplicidad de incidencias políticas: cuerpo inmigrante, cuerpo oprimido, cuerpo enfermo, cuerpo degenerado, cuerpo torturado, cuerpo desaparecido, cuerpo indígena, cuerpo en relación con la naturaleza; concebido como relación de lo vivo con lo vivo y con lo inerte …, un cuerpo diseccionado para visibilizar, no su fragmentación sino su comunicabilidad, la descomposición de las vivencias de los cuerpos, de sus penalidades afectadas por un sistema de capitalismo neoliberal que visualiza lo vivo como mercancía y que actúa sobre ello para homogeneizar productos tal y como aparecen en las cajas de los supermarkets, aparentes, útiles, homogeneizados de tamaño, pensados no para la alimentación sino para el consumo, para la producción de un plus valor… violentando a todo lo que se interponga en este objetivo, utilizando todo tipo de tácticas desde la seducción a la violencia.

Abrir el proyecto desde el Chile de la dictadura ayuda a visibilizar la extrema violencia que el sistema utiliza para experimentar en un país “piloto” a las “creaciones” del capital. No obstante, Chile es el lugar donde se inicia la experimentación neoliberal que a lo largo de décadas posteriores se desarrolla con la creación de nuevas fantasmagorías que dan lugar al dominio del capitalismo neoliberal sobre el planeta. La experiencia neoliberal se desarrolla en medio de la tortura, la domesticación violenta de los cuerpos, su cosificación… con el objetivo de crear un cuerpo social que se presente como deseante de los atributos y cánones que el mercado desarrolla, a los que presenta como única alternativa.

Políticas del cuerpo, en re-sistencia, tiene este valor de querer utilizar los fragmentos no para crear un sinfín de reivindicaciones que se presenta como totales, sino para de esta forma enlazar los fragmentos y visibilizar la intercomunicación de los mismos, para crear resistencia. Si bien la posmodernidad ayuda a complejizar el sujeto, visibilizando, como señala Ferenc Fehér -el inventario de la modernidad-, podemos sugerir que esta complejización de los discursos totales con los que la modernidad se nos representa, nos emplaza a crear un nuevo lenguaje común que nos permita situarnos en una transmodernidad que posiblemente estemos comenzando a vivir. Este lenguaje común es lo que me interesa del proyecto, esta diversidad de incidencias en el sujeto sobre las que crear lenguaje para tod+s los afectad+s, un lenguaje del nosotros imbuido por el yo viviente.

Rodrigo Ruíz: Creo la investigación más fecunda debe ser necesariamente de carácter colectivo, dialogada, escuchante, porosa; especialmente de aquellas que intentan interrogar los modos válidos de construcción de conocimiento y de articulación de conocimiento y poder, como es el caso de la memoria, como es el caso o al menos la intensión que se vio en este proyecto. En ese sentido, el seminario Políticas del Cuerpo, que se desarrollo en los dos días intensos dentro del MAC de Santiago fue particularmente estimulante, informativo, reflexivo y permite pensar en iniciativas futuras.

Para seguir leyenda http://www.latinart.com/spanish/aiview.cfm?start=2&id=461




jueves, 20 de septiembre de 2012

Conversación con Federico Galende en la Fundació Tàpies.     Fecha: 28 de setiembre Lugar: Fundació Antoni Tàpies, Aragó 255, 08007 Barcelona Hora: 18 h    

Enlazando con la centralidad que las políticas de la memoria y el archivo como lugar de conflicto vienen teniendo en la producción de saberes y estéticas de las últimas décadas, Equipo re propone un diálogo abierto con el térico Federico Galende en el marco de la plataforma de la Fundació Tàpies Arts combinatòries, a partir de, por un lado, su producción crítica en torno al legado de Walter Benjamin, y por otro, la obra reciente de la artista chilena Voluspa Jarpa (quien no estará presente), cuya práctica es una interrogación de la Historia y sus representaciones. La relación entre Equipo re y Federico Galende se remonta a su participación a primeros de este año en el extenso proyecto de investigación y programa público de actividades Políticas del cuerpo* y continúa hasta el presente.

Federico Galende es profesor de la Universidad de Chile, Licenciado en Ciencia Política y RRII, Facultad de Ciencia Política, Universidad Nacional de Rosario – UNR (1990) y doctor en Filosofía y Estética, Facultad de Arte de la Universidad de Chile (2008). Ha publicado libros como la serie Filtraciones. Conversaciones sobre arte en Chile I, II y III (2007-2011), Walter Benjamin y la destrucción (2009), y La Oreja de los Nombres. Lugares de la melancolía en el pensamiento de occidente (2005).


El trabajo de Voluspa Jarpa (Rancagua, Chile, 1971) supone una interrogación sobre la historia y sus representaciones. Ha participado en las ultimas ediciones de la Bienal de Estambul y Mercosur y fue ganadora del V Premio Illy Sustain Art por su proyecto “Minimal Secret” en la sección SOLO PROJECTS: Focus Latinoamérica de ARCOmadrid 2012. Este diálogo con Federico Galende en torno a la práctica de Jarpa busca dar inicio a una nueva línea de trabajo de Equipo re con la artista.

*Por otra parte, Equipo re ha sido recientemente seleccionado para el Programa de Residencias de investigación 2012-13 del Museo Reina Sofía por su propuesta de investigación en torno a las prácticas estéticas que caracterizaron las políticas del Sida. El Museo acaba de publicar avances de los cinco proyectos seleccionados.

miércoles, 8 de agosto de 2012

De Clases y Clases sociales

TEXTO ESCRITO POR MARTIN HERNADEZ VASQUEZ. EX DIRIGENTE DEL MOVIMIENTO DE IZQUIERDA REVOLUCIONARIO
El estudio de la historia es un estudio siempre renovado, no sólo porque siempre es posible aportar nuevos antecedentes sino, fundamentalmente, porque los acontecimientos contemporáneos proporcionan al historiador motivos de reflexión y elementos de comparación que le permiten reinterpretar de un modo más certero los acontecimientos pasados. Las grandes transformaciones sociales de los siglos XVII y XVIII, que se expresaron principal aunque no únicamente en las revoluciones burguesas de Inglaterra y Francia, dieron la pista a algunos historiadores para comenzar a comprender el papel de la lucha de clases como elemento dinámico de la historia. La palabra "clase" tiene su origen en las fórmulas jurídicas de la Edad Media y es utilizada para designar los diferentes tipos de representación política, o sea la diferente "calidad" política. de la nobleza y la naciente burguesía. Al desarrollarse las confrontaciones políticas en el seno del antiguo régimen y al plantearse la burguesía la lucha por el poder del Estado, queda de manifiesto que lo que aparecía como diferencia política es una diferencia social, que el enfrentamiento real que motivaba las confrontaciones políticas era el que oponía a grupos de individuos que tenían intereses económicos contrapuestos. Carlos Marx y Federico Engels retoman y profundizan esta concepción, llegando a la conclusión que, después de la disolución de la comunidad primitiva, la fuerza motriz del cambio social no es otra que la lucha entre clases sociales contrapuestas. A esta conclusión se llega sólo si se estudia la sociedad de un modo científico, sobrepasando los lugares comunes, investigando la conexión interna de los fenómenos sociales[1]. Para ello se requiere estudiar las fuerzas motrices que están detrás de las motivaciones de las grandes masas que en su movimiento hacen la historia. En los años de su formación Marx y Engels son testigos y partícipes de las luchas interburguesas y de los primeros combates autónomos del proletariado; esta experiencia ratifica la evidencia histórica que los motivos de los conflictos políticos hay que buscarlos en el choque de intereses entre las clases y que esa lucha de clases es la fuerza propulsora de la historia. Esta constatación que la historia de la sociedad, después de la disolución de la comunidad primitiva, está motivada por las luchas de clases, abre el Manifiesto y proporciona una guía para la comprensión de los fenómenos sociales: §1.- La historia de todas las sociedades hasta nuestros días es la historia de las luchas de clases. §2.- Hombres libres y esclavos, patricios y plebeyos, señores y siervos, maestros y oficiales, en una palabra: opresores y oprimidos se enfrentaron siempre, mantuvieron una lucha constante, velada unas veces y otras franca y abierta; lucha que terminó siempre con la transformación revolucionaria de toda la sociedad o el hundimiento de las clases en pugna. Aquí no hay una definición de lo que es una clase social, sino una descripción de la lucha que esas clases entablan; y esto no es ni un error ni una falta. Es la lucha por el poder del Estado la que pone de manifiesto que tras los enfrentamientos políticos se encubren los intereses materiales, económicos, contrapuestos de las clases. Es en los momentos más álgidos de esa lucha, en los periodos de desarrollo rápido de la historia, cuando los enfrentamientos políticos demarcan con la mayor nitidez la estructura social que está a la base de la sociedad. Por ejemplo, en Chile la izquierda discutió por décadas si existía o no existía una burguesía nacional con intereses opuestos a los intereses del imperialismo y del gran capital. El gobierno de la Unidad Popular se sustentó en la creencia de que esa burguesía progresista existía y que era posible ganarla para una alianza con los sectores populares; y aunque el gobierno hizo todo lo posible por traerla a su lado, limitando para ello las movilizaciones y la unidad del pueblo, la situación de aguda confrontación política mostró la unidad de clase del conjunto de la burguesía tras el proyecto golpista. Por eso mismo, la determinación de las clases que existen en una sociedad concreta sólo es posible a partir del análisis de las luchas que tales clases entablan, a partir de la participación en esas luchas políticas y sociales y el estudio de sus resultados. Es en el curso de esas luchas que las clases que configuran una sociedad van adquiriendo identidad; es a través de las luchas que las clases se constituyen como tales. Dicho de otro modo, en tanto cada clase no constituye un todo homogéneo sólo la práctica de la lucha de clases permite advertir la existencia de un enemigo común, superar las fragmentaciones internas y traer al primer plano las contradicciones fundamentales entre clases contrapuestas: "Los diferentes individuos sólo forman una clase en cuanto se ven obligados a sostener una lucha común contra otra clase, pues de otro modo ellos mismos se enfrentan unos con otros, hostilmente, en el plano de la competencia."[2] Sólo una vez que hemos descubierto, en la práctica misma de la lucha de clases, cuáles son las clases sociales características de una sociedad concreta podemos abordar el estudio de las relaciones de producción que configuran la base económica de la sociedad. Ese es el camino que siguen Marx y Engels: su participación en las luchas de clases de su época les muestra que el enfrentamiento fundamental es el enfrentamiento entre la burguesía y el proletariado y es por eso que en el Manifiesto no existe una definición de lo que esas clases son sino más bien una descripción de la lucha que estas clases entablan. Por lo mismo no podemos engañarnos respecto al carácter de la nota a pie de página que Engels agrega 40 años después, en la edición inglesa de 1888 del Manifiesto, y donde entrega una definición de burguesía y proletariado: "Por burguesía se entiende a la clase de los capitalistas modernos, propietarios de los medios de producción social, que emplean el trabajo asalariado. Por proletarios se entiende a la clase de los trabajadores asalariados modernos, que, privados de medios de producción propios, se ven obligados a vender su fuerza de trabajo para poder subsistir." Esta definición no es un punto de partida en el estudio de la sociedad capitalista, sino más bien un resultado de ese estudio. El punto de partida real de Marx y Engels es la lucha de clases misma, el proceso histórico real. Y si a veces nos olvidamos de esto y tratamos de explicar la realidad a partir de conceptos abstractos no se debe a otra cosa que al peso de una laga tradición de "marxismo" fosilizado en manuales y convertido en fórmulas escolásticas. Por otra parte, si el punto de partida estuviera en conceptos abstractos tendríamos que comenzar, como hacen los "manuales", por el concepto de relaciones de producción, diferenciando luego a las "clases" de acuerdo con la relación que guardan con los medios de producción. Por ese procedimiento caeríamos rápidamente en la necesidad de una clasificación dicotómica, encontrando que hay siempre dos clases antagónicas (esclavistas y esclavos, señores feudales y siervos, burgueses y proletarios). Sin embargo, Marx y Engels al estudiar los procesos históricos encuentran que sólo recién en el capitalismo se han simplificado las contradicciones de clase mientras que las épocas históricas anteriores la lucha de clases enfrentaba a una diversidad de condiciones sociales: §3.- En las anteriores épocas históricas encontramos casi por todas partes una completa diferenciación de la sociedad en diversos estamentos, una múltiple escala gradual de condiciones sociales. En la antigua Roma hallamos patricios, caballeros, plebeyos y esclavos; en la Edad Media, señores feudales, vasallos, maestros, oficiales y siervos, y, además, en casi todas estas clases todavía encontramos gradaciones especiales. Si queremos aplicar el mismo método a cualquier sociedad concreta tenemos, entonces, que estudiarla especialmente en sus momentos de mayor confrontación social, pues allí es donde va quedando de relieve la estructura de clases. Para seguir con el ejemplo chileno. El periodo de agudización extrema de la lucha de clases entre 1969 y 1973 no sólo puso de relieve la unidad de intereses de las diversas fracciones burguesas nacionales y de ellas con el capital extranjero (unidad de intereses que ya había quedado demostrada en el anterior periodo de agudización de la lucha de clases entre 1920 y 1924). También puso de relieve el proceso de diferenciación social en las capas medias propietarias y no propietarias. En efecto, grandes grupos de la pequeña burguesía propietaria del campo (especial pero no únicamente el campesinado mapuche) y de la ciudad (artesanos, pequeños comerciantes, etc.) encontraron en la alianza con la clase obrera el camino que mejor convenía a sus intereses de propietarios pobres que debían vender temporal u ocasionalmente su fuerza de trabajo para complementar sus ingresos (eran "semiproletarios") o que ni siquiera encontraban condiciones propicias para la venta de su fuerza de trabajo (eran "subproletarios"). Lo mismo ocurrió con una importante fracción de la pequeña burguesía asalariada urbana, a la que los procesos de transformación de la sociedad y el estado desde los años cincuenta habían arrojado a niveles de vida similares a los de la clase obrera al tiempo que su trabajo se organizaba de manera cada vez más parecida a la fábrica. Si alguien tenía como guía de análisis de la sociedad los conceptos abstractos de burguesía y proletariado, y quería caracterizar el rol de estas capas medias, lo más probable es que terminara considerándolas "aliados" de la clase obrera y desarrollara una larga discusión acerca de la confianza que podía depositarse en tales "aliados" y acerca de los recortes que había que hacerle al programa de gobierno para conquistarlos.En cambio si se tenía como guía de análisis lo que estaba ocurriendo en la sociedad real, los procesos reales de luchas de clases, rápidamente aparecía la necesidad de comprender las causas del comportamiento práctico de "los pobres del campo y la ciudad" que ocupan terrenos urbanos para levantar sus viviendas, corrían cercos para recuperar sus tierras y ocupaban fundos para que la reforma agraria beneficiara no sólo a los obreros permanentes del predio. Al analizar este fenómeno, aparece su peculiar relación con los medios de producción que los ha convertido en fracciones del proletariado aunque no estén por completo desposeídos de medios de producción. [1] "entiendo por economía política clásica toda la economía que, desde William Petty, ha investigado la conexión interna de las relaciones de producción burguesas, por oposición a la economía vulgar, que no hace más que deambular estérilmente en torno de la conexión aparente, preocupándose sólo de ofrecer una explicación obvia de los fenómenos que podríamos llamar más bastos y rumiando una y otra vez, para el uso doméstico de la burguesía, el material suministrado hace ya tiempo por la economía científica." Carlos Marx, El Capital, tomo I, Cap. 1 [2] Marx-Engels, La Ideología Alemana, Ed. Pueblos Unidos, Uruguay, pág. 58

miércoles, 29 de febrero de 2012

"Toda lucha que apunte a superar la segregación en el mundo es nuestra lucha"



Toda lucha que apunte a superar la segregación en el mundo es nuestra lucha; toda lucha que busque justicia para los trabajadores, para las mujeres, para los excluidos, para los niños a los que el sistema les cierra la puerta en la cara clausurando su futuro, es nuestra lucha.

Toda lucha por la humanidad y contra la inquina, es nuestra lucha. Toda construcción y todos los métodos que se opongan a esta dictadura del capital y levanten un mundo posible diferente al del lucro desatado y los patrones inmunes, es nuestra lucha y nuestro mundo en construcción.

Nos resulta imposible no solidarizar activamente con quienes están poniendo el cuerpo y la voz a ese Chile que se quiere más igual, más justo, más democrático.

Ayer, hoy y mañana, la lucha inagotable del pueblo mapuche; ayer, hoy y mañana la educación pública, gratuita y de calidad para nuestros hijos, para los hijos de los trabajadores que hacen el mundo y sus sentidos; ayer, hoy y mañana Aysén, Magallanes, la justa pelea de las regiones contra un gobierno centralista y sordo, represivo y falaz. La Patagonia y su herencia verde, Calama y su herida de siempre, la salud de nuestros hermanos, la dignidad en el descanso de nuestros padres y abuelos tras años de trabajo, el respeto del Estado por los ciudadanos cuando caen en desagracia, la equidad para distribuir una abundancia que no sólo pertenece a la clase dominante.

Nuestra voz es una más. Quizás se escucha poco, quizás el neoliberalismo y su lógica mercantil nos ha convertido en un margen más. Quizás lo ha intentado. Pero haremos lo posible porque no lo logre.

Nosotros, escritores, novelistas, dramaturgos, poetas, ensayistas, académicos, historiadores, ilustradores, comiqueros; nosotros, obreros intelectuales y artistas, que también construimos y somos parte de una clase, que elegimos ser parte de esa clase que construye, que vivifica y levanta como cualquier trabajador esta patria que son los hombres, mujeres y niños de Chile, también estamos cansados.

Cansados de la represión contra el movimiento social y su criminalización; cansados de la complicidad de los medios de comunicación masivos, todos en manos del mismo dios perverso del dinero y el lucro; cansados de una elite que se revuelca en un discurso vacío para seguir siendo opción cada cuatro años en elecciones bajo un sistema que será siempre un simulacro mientras no considere a las mayorías postergadas, su voz, su mirada, su decisión, expresada con creces en 2011 y que se hará cada vez más fuerte este año, que será, no lo dudamos, un año de batallas por otro mundo posible y necesario.

Los trabajadores intelectuales abajo firmantes, los artistas abajo firmantes, queremos decir que no nos gusta como se ha ido construyendo este país. No nos gusta que las leyes se definan en las oficinas de los grupos económicos, no nos gustan las políticas de licitación de la cultura disfrazadas de fondos concursables, no nos gusta una democracia de mierda donde no tenemos nada mejor que hacer que alimentar las granjerías de una clase que ya no tiene nada que aportar, porque es una casta de cadáveres, fantasmas sin vida, sin amor, sin visión y sin ternura.

Lo que queremos es una democracia real, donde la voz del ciudadano se escuche y se respete. Donde el poder emane de las decisiones y sueños de la gente. Lo que queremos es un país feliz. Lo que queremos es que se generen y se legitimen de una buena vez los mecanismos de representación para que sea el pueblo quien diga a sus dirigentes lo que deben hacer y no al revés.

Lo que queremos es que todas las luchas en curso prosperen, crezcan y se desarrollen, hasta liquidar el poder del dinero sobre la inteligencia, hasta liquidar la supremacía de la muerte sobre la vida.



Raúl Zurita, poeta.
Jorge Baradit, escritor.
Óscar Barrientos Bradasic, escritor.
Juan Manuel Silva, escritor.
Christiano, dibujante.
David Bustos, poeta.
Tania Encina V., editora.
Christian Formoso, poeta.
Camilo Brodsky, poeta y editor.
Ernesto González Barnert, poeta.
Soledad Poirot, ilustradora y dibujante.
María José Ferrada, escritora.
Ignacio Fritz, escritor.
Marcela Saldaño, poeta.
Leonardo Sanhueza, poeta.
Daniel Hidalgo, escritor y profesor.
Marcelo Pellegrini, poeta y académico.
Alejandra Bottinelli, académica.
Marcelo Arce Garín, poeta.
Jorge Opazo, dibujante.
Hernán Castellano-Girón, escritor.
Nancy Garín, historiadora del arte.
Simón Villalobos, poeta.
Eugenia Prado Bassi, escritora.
Guido Arroyo, editor y poeta.
Rodrigo Hidalgo, escritor y gestor cultural.
Varinia Brodsky, gestora cultural.
Alejandra Costamagna, escritora.
Alejandra del Río, poeta y educadora.
Carlos Henrickson, escritor.
Alberto Harambour, historiador y académico.
Felipe Moncada, poeta y editor.
Juan Christian Jiménez, sociólogo y académico.
Felipe Ruiz, poeta.
Carlos Reyes, guionista de cómic
Alvaro Bisama, escritor
Carla Mc-Kay, profesora de arte
José Luis Flores, escritor
Gustavo Barrera, poeta
Nona Fernández escritora, actriz y guionista.
Absalón Opazo, Poeta
Cynthia Rimsky, escritora
Jordi Lloret, poeta
Paulo Gutierrez, sociólogo y académico.
Juan Ignacio Colil, escritor y profesor.
Francisca Yáñez, ilustradora y diseñadora gráfica.
Constanza Román Ponisio, profesora de Historia.
Teresita Calvo, periodista y comunicadora.
Daniela Lillo Traverso, dramaturga, actriz y guionista.
Carlos Soto Román, poeta y traductor.
Víctor Fernández González, sociólogo.
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Macarena Urzúa, poeta y profesora.
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Gabriel Mérida, escritor.
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Mario Sánchez, pintor.
Alejandra Pinto Soffia, poeta y profesora de filosofía.
Jenny Gonzalez Assis, Licenciada en Arquitectura.
Claudio Paredes Aguirre, grabador.
Patricio Gutiérrez Donoso, profesor.
Jaime Pinos, poeta.
Cristián Escobar, escritor.
Kato Ramone, escritor y artista gráfico.
Pedro Canales Tapia, historiador y académico.